top of page

Nos hemos engañado a nosotros mismos

Foto del escritor: Lic. Gerardo GuerreroLic. Gerardo Guerrero

Actualizado: 13 ago 2023


Que compleja es la vida y que complicadas somos las personas, pareciera que disfrutamos dificultándonos nuestra existencia. Y si abundamos en el amor, no hay explicación alguna para justificar nuestro proceder en ciertas circunstancias.

A veces nos aferramos a alguna persona, aún existiendo señales de que por ahí no es; nos cegamos y solamente queremos ver “nuestra realidad”. Y ahí nos podemos pasar años, esperando algún cambio, alguna reacción; y lo malo de esa persona lo minimizamos y lo bueno lo maximizamos, y por si lo anterior fuera poco, nuestros defectos y deficiencias las engrandecemos, esperando ser “rescatados” por aquella persona a la que colocamos en un pedestal.

Pero el tiempo transcurre, la otra persona continúa haciendo su vida, y lamentablemente uno permanece esperando ese cambio, aunque nunca llegará. Y aún así, proseguimos aferrándonos, sin embargo, no es a la persona en si, sino a la idealización que hicimos de ella, a todas esas cualidades que nosotros le atribuimos.

Afortunadamente en algunas ocasiones, logramos dejar de ver “nuestra realidad” y comenzamos a ver la realidad, pero nos cuesta aceptarla, porque tendríamos que admitir que nos hemos equivocado, que aquello que tanto anhelamos no es tal y como creíamos, tendríamos que reconocer y afrontar que nos hemos engañado a nosotros mismos.

Y sí, nos hemos engañado a nosotros mismos, porque las señales siempre estuvieron y no quisimos verlas o preferimos omitirlas. Pero, cuando por fin vemos la realidad, volvemos a crear “nuestra realidad”, es decir, en vez de hacernos responsables de nosotros mismos, de nuestras decisiones y actos, optamos por justificarnos y culpar a la otra persona.

Lastimosamente para nosotros, al no responsabilizarnos de nuestro proceder, dejamos de aprender de nuestros errores y los volvemos a cometer una y otra vez, sin tener un fin.

Siempre será preferible afrontar la realidad y aceptar la responsabilidad de nuestras decisiones y acciones, por más dolorosas que sean las secuelas de aquella idealización. Porque al hacerlo, nos damos la oportunidad de aprender de nuestras equivocaciones.

Y si queremos desistir de idealizar y de adjudicar atributos y cualidades, a una persona que queremos que satisfaga nuestras necesidades afectivas, primeramente necesitamos conocernos a nosotros mismos, para poder trabajar en nuestras carencias, y así, lograr uno mismo satisfacer nuestras necesidades emocionales.

Generalmente cuando colocamos a alguien en un pedestal, y le atribuimos cualidades y atributos que no tiene, es en busca de satisfacer nuestras carencias afectivas y nuestros vacíos internos.

Por Gerardo Guerrero

15 visualizaciones0 comentarios

תגובות


bottom of page