Recientemente me estoy centrando en un solo objetivo: vivir cada momento como si fuera el último.
Es cierto que el pasado nos ayuda a no cometer los mismos errores, a aprender y a progresar, mientas que mirar al futuro es la clave para establecer metas, y además nos impulsa a motivarnos y soñar con aquello que deseamos. Sin embargo, el pasado es historia, el futuro es desconocido e incierto, y el presente en un segundo ya no está.
El tiempo es efímero y cuesta saborearlo. Seamos conscientes del aquí y el ahora, de nuestro presente, ese que ignoramos sin darnos cuenta. Ese que pasa tan rápido delante de nosotros, tanto que ni nos percatamos de ello.
Pero si viviéramos nuestra vida como si cada instante fuera el último, disfrutaríamos mucho más de cada momento por pequeño que fuera. Así que, seamos valientes y arriesguémonos, vivamos al máximo este instante, disfrutemos intensamente este momento y seamos felices en cada oportunidad que tengamos.
Ya que si aspiramos a un futuro exitoso en cualquier ámbito de la vida, debemos hacerlo presente ahora, pues cosecharemos lo que estamos sembrando en este instante. El presente es lo que cuenta, no permitamos que la vida pase sin sentido alguno. La acción en el aquí y el ahora es lo que realmente vale, así que no esperemos más.
Vivamos una vida satisfactoria en la que cada momento sea más motivador que el anterior, tengamos un espíritu indomable y curioso, que esté siempre descubriendo cosas y situaciones nuevas que expandan nuestra mente.
Los invito a vivir sin angustiarnos por el pasado, ni posponiendo la felicidad a un futuro lejano. Debemos centrarnos en el aquí y ahora, porque eso nos llevará a vivir la emoción y la pasión de lo que hacemos de una forma más intensa.
Hoy estamos, mañana quien sabe… vivamos un día a la vez, sin complejos que obstaculicen, ni temores entorpecedores, sin pausas que nos entretengan, ni prisas que nos limiten, porque así es como haremos camino al andar.
Por: Gerardo Guerrero
Comments